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MIMI PINSON

Un dia durante una clase en Paris, una alumna me pregunta dónde ir a comprar ropa de Tango en Buenos Aires, pero me aclara inmediatamente, que quiere que sea muy brillante y muy glamurosa, entonces se me viene a la mente la ropa de "Mimi Pinson". Al decile el nombre de la tienda ella se sorprende y se ríe y luego me dice "si, claro, tiene sentido". Esto despierta en mi la curiosidad por averiguar mas sobre la historia detrás de este tango.

Asi que aqui vamos con lo que he encontrado en la web.


En 1845, el gran escritor Alfred de Musset creó un personaje que se volvería fuente de inspiración, pero también emblema de un importante sector femenino de la sociedad parisina de principios del siglo XX. Su nombre: Mimi Pinson, a quien dedicó primero un poema, luego una canción y después una novela corta: “Mademoiselle Mimi Pinson: Profil de grisette”.

Y es que Mimi encarnaba a un prototipo específico de joven trabajadora: la “grisette”. Palabra que si bien en la edición del Diccionario de la Academia Francesa de 1694 definía ya a una mujer de baja condición, para el siglo XIX comenzó a aludir específicamente a las jóvenes que trabajaban, vestidas de gris, en talleres de costura y como asistentes en casas de sombreros y a las que caracterizaba su coquetería. Tal y como se puede constatar a través de su aparición fugaz en diversas obras de poetas y pintores como Jonathan Swift, Lawrence Sterne, Oliver Wendell Holmes, Mark Twain, Edgar Allan Poe, Constantin Guys, Whistler y Gilbert Stuart Newton. Con el paso del tiempo, las “grisettes” modistas se convirtieron también en modelos de artistas, siendo su presencia popular entre los círculos bohemios del Quartier Latin de París. De ahí su recurrente presencia en la obra de autores como Daumier y Gavarni, pero sobre todo de Eugene Sue, Victor Hugo y la propia George Sand. No obstante, aunque algunas de ellas llegaron a tener nombre en la obra de estos autores, fue con Musset con quien su figura adquirió mayor humanidad y, sobre todo, proyección artística.

Gustave Charpentier, probablemente bajo la influencia del socialismo y anarquismo imperantes en su tiempo, así como por la idea del “teatro del pueblo” de la que hablaba Michelet, estrenó en 1900, con libreto y música de su autoría, la que sería su ópera maestra: “Louise”, sobre la vida de una “grisette” enamorada de su vecino poeta, procediendo a fundar, dos años después en el barrio de Montmartre, uno de los conservatorios de música más “sui generis” de todos los tiempos: el “Conservatoire Populaire de Mimi Pinson”, donde tomarían clase gratuitamente de canto, coro, arpa, piano, danza y pantomima estas jóvenes trabajadoras, para entonces también llamadas “modinettes”, ofreciendo conciertos públicos y dentro de la propia institución en apoyo a obras caritativas.

Sí, Mimi Pinzon estaría destinada a seguir prevaleciendo en el imaginario colectivo europeo de la primera mitad del siglo XX. Lo mismo a través de la opereta “La Cocarde de Mimi-Pinson” (1915), con libreto de Maurice Ordonneau y música de Henri Goublier, que de diversas obras menores como canciones, la mazurka de Allier y el vals de Tixhon. Para entonces, la Primer Guerra Mundial está en pleno y las Mimi Pinson se convierten en baluartes de apoyo a la labor de la Cruz Roja; en 1919 son las primeras en llamar al voto femenino y en 1924 Théo Bergerat dedica en su honor una película muda. Pero no sólo será Europa, desde finales del siglo XIX su leyenda había ya comenzado a difundirse más allá del Océano Atlántico, sobre todo por los modernistas.


En 1902 el personaje llegó a la prensa de Buenos Aires a través de una crónica del poeta nicaragüense Rubén Darío en el diario La Nación titulada “Las transformaciones de Mimi Pinson”, en ella contaba que las “grisetas” luego de un día de trabajo siempre encontraban “tiempo para ver al prometido o al amante, casi siempre un obrero como ellas, pero con el cual, del brazo, van sonrientes siempre, en su primavera” acentuando de este modo el rasgo libertino. Años después se estrenó en Buenos Aires “Louise” (en 1918, año del fallecimiento de Debussy) con lo cual Mimi Pinson se afianzó como una figura del ambiente porteño marginal. 

Quizás fue asi como llegó este personaje llegó a los ojos del poeta uruguayo Jose Rotulo, quizás fue al teatro a ver “Louise” y se sintió identificado con la historia…y de aquí inspirado para luego escribir junto al violinista y compositor argentino Aquiles Roggero el Tango “Mimi Pinson” . 


Nuestras 3 versiones preferidas de este tango son:

Sus versos dicen: 


Un día más,

un año más,

que estoy perdido en la neblina...

En esa niebla de la noche parisina

que te alejaste para nunca retornar.


Yo te llamé,

Mimí Pinsón,

porque tu afán de ser coquetate

fue arrastrando al igual que la Griseta,

y el mismo mal,

y su finalte castigó.


Mimí Pinsón,

yo te soñé en la novela de Mussety

te encontré después en mi destino...

¡Qué cortos fueron los caminos de los sueños

y qué vanos los empeños, por salvarte de la muerte!


Sigue la nieve castigando el ventanal,

y yo con esta soledad...

Mimí Pinsón,

aún te busco por las calles de París...

Igual que ayer te veo y te presiento;

pero es inútil, no vienes a mi encuentro,

Mimí Pinsón...


Un año más

que tú no estás,

y nuevamente la neblinatra

que recuerdos de mis noches parisinas,

y en el recuerdo, nuevamente, vuelves tú...

Estás en mí,

te vuelvo a ver…

Y en mis delirios de poeta

beso tus manos y el manojo de violetas...

¡Igual que ayer,

igual que hoy siempre igual!



Informacion extraída de los escritos de Betty Zanolli y Leticia Molinari.


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